– Ignora las tendencias, no sigas las modas. Compra solo piezas que te gusten, te emocionen, te sirvan y te hagan feliz, sin tener en cuenta si son más o menos actualidad.
– Observa cuál es la paleta de colores con la que te sientes más cómoda vistiendo. Tu casa debería ser reflejo de tu personalidad y por tanto los colores de tu casa no deberían estar muy lejos de los colores que presiden tu vestuario.
– Procura que sea una paleta de colores tranquila. Para las paredes, intenta jugar con el color de los complementos: los cojines, los plaids, las flores… Cambiarlos y adaptarlos al momento hará posible que nuestra casa se vaya adaptando a nosotros y adquiera el barniz de una casa «vivida».
– Decorar es saber combinar con ingenio: colores, formas y texturas. Procura combinar estos tres elementos con prudencia pero sin caer en el aburrimiento. Una pizca de atrevimiento conseguirá un espacio más interesante.
– No olvides la importancia de estimular los sentidos más allá de la vista. El tacto, el oído y el olfato son tanto o más importantes.