El pasado 4 de septiembre, a los 77 años de edad, murió Christian Liaigre, interiorista y diseñador. D.E.P.
Era el mes de mayo del año 1999 y, no os equivocaréis si me imagináis paseando por el Soho neoyorquino sin pasar por alto detalle de lo que iba viendo y sucediendo a mi alrededor. De pronto, algo todavía indefinido, llamó mi atención, estaba en una esquina de la calle Prince y era el Hotel Mercer el que convocaba a mi curiosidad.
Entrar en el hall de aquel hotel presidido por una magnifica biblioteca, percibir belleza, serenidad y una elegancia que no concedía espacio a lo superfluo causó en mí un impacto que aún recuerdo. No exagero si os digo que aquel instante transformó y dio sentido a todo mi desarrollo profesional posterior.
– ¿Por favor, quién es el interiorista autor de este espacio?
– Christian Liaigre, señora. Y justo hace ahora dos años que lo inauguramos.
Más o menos, así fue el momento en que conocí una primera obra de quien ha sido mi referencia estilística más importante. Pasó el tiempo. A lo largo de los años, además de tener la ocasión de conocerlo, pude seguir y contemplar sus realizaciones, valorar su mobiliario y adquirir algunas de sus piezas para incorporar a mis proyectos.
La destilación y pureza de las formas (clara influencia de Brancusi y del arte africano), la excelencia de los materiales (influencia del art déco, sobre todo de Ruhlmann), el cuidado por el detalle y su paleta de colores han sido para mí continua fuente de inspiración. Hoy me siento triste, se ha ido Christian Liaigre, el lujo sin brillos, mi fuente de inspiración, el maestro que una siempre quiso tener.