El fin de semana pasado vivimos la primera edición del Barcelona Gallery Weekend, que de jueves a domingo aglutinó jornadas de puertas abiertas en galerías, inauguraciones de nuevos espacios y muestras, así como la feria de arte contemporáneo Swab. Es un placer ver Barcelona convertida en un centro de interés artístico por lo que decidí trazar mi propio itinerario.
Mi ruta empieza por la vecina A|34 que expone la obra de uno de los artistas que guardo en mi lista de favoritos: Antonio Llena, precursor del arte conceptual en España y destacado por su visión de la fragilidad y la formalización a través de materiales de desecho que lo relacionan con el arte povera. Es bonito ver el contraste de sus enormes esculturas que presiden algunas de las plazas más transitadas de la ciudad y observar cómo en su trabajo a pequeña escala, la fragilidad impera y convierte a sus piezas en algo mucho más etéreo. La muestra recoge trabajos de diferentes etapas de Llena entre esculturas, dibujos, pinturas y assamblages.
Continúo camino por la galería Estrany-de la Mota que volvía a abrir sus puertas con la exposición del artista Francesc Ruiz, uno de los representantes de España en la actual Bienal de Venecia. En esta ocasión, a través del dibujo Ruiz reproduce el perímetro exterior de la manzana en que se sitúa la propia galería, fijándose en puertas y escaparates como si fueran parte de una tira cómica y los convierte a la vez en espejos de lo que ocurre alrededor. Me parece especialmente interesante el uso de la obra como reflejo inmediato del espacio donde se muestra.
Una sorpresa en mi próxima parada: la obra de Matt Mullican que se expone en ProjecteSD es considerada una de las contribuciones de mayor influencia del arte contemporáneo en los últimos años. Y es un juego de equilibrios entre lo personal y lo universal, la ficción y la realidad. The Meaning of Things es una instalación de más de 600 collages sobre papel que el artista ha desarrollado durante los últimos 5 años. Todo un archivo para cuestionar la representación desde un punto de vista filosófico, porque «no es el mundo que tú ves -dicta el artista-, es el mundo que yo veo representando el mundo que tú ves».
En la Galería Marlborough una buena muestra de la obra de Antonio López, artista perfeccionista y bien conocido por su estudio de la representación humana y el rostro a través de esculturas, óleos y dibujos. Y en el mismo espacio, descubro la obra de Juan Genovés. El pintor esculpe casi decenas de figuras humanas en miniatura al darle volumen en sus cuadros de forma muy matérica. Influenciado por el cine moderno y la fotografía, Genovés adopta elementos del arte pop y desarrolla un medio elegante, crítico y emotivo desvelado como una especie de baile.