Siempre es un placer volver a Cadaqués. Este pequeño pueblecito pesquero, el más oriental de toda la Península, conserva aún el encanto que atrajo a Salvador Dalí y otros grandes artistas como Pablo Picasso, Marcel Duchamp, Joan Miró, Max Ernst o René Magritte. Una escapada al Alt Empordà, especialmente en verano, es la gran ocasión de volver a perderse por las calles laberínticas de este singular enclave, de revisitar los rincones de su casco antiguo y de pisar nuevamente su particular pavimento, hecho a mano con piedras extraídas de la orilla del mar y modeladas por el vaivén de las olas del Cabo de Creus. Y es que la autenticidad de Cadaqués perdura, a pesar del turismo, gracias a su aislamiento geográfico y al cuidado de una herencia que sus habitantes han sabido apreciar y conservar: su dialecto salado, sus tradiciones, sus casas encaladas, su iglesia de Santa María… elementos que hacen de Cadaqués un lugar tan especial. Como lo es, también, por ser un pueblo especialmente gourmet y contar entre sus establecimientos con restaurantes únicos: como la popular Casa Anita, o el más contemporáneo restaurante Compartir. El primero es el entrañable espacio donde Anita recibe a sus clientes, quienes se sentarán juntos y compartirán mesa como decía Dalí que debía ser en un buen restaurante. En el segundo, se trata en cambio de compartir el banquete.
Recalamos en este último, abierto desde 2012 y orquestado por el gran trío heredero de El Bulli y formado por Mateu Casañas, Eduard Xatruch y Oriol Castro. Los chefs discípulos de Ferran Adrià abrieron en el centro de Cadaqués este espacio de arquitectura típica de la zona, con un gran patio donde la oferta gastronómica se compone de platos para Compartir en el centro de la mesa.
Un restaurante especial donde se respira un ambiente relajado que representa muy bien la identidad propia de este genuino pueblo de la Costa Brava. Las propuestas combinan tradición y vanguardia y en esta visita pudimos disfrutar de un delicioso buey de mar con aguacate y huevas de trucha, canelón de atún rojo o espuma de parmentier con huevos de pollita, y un delicioso turbo a la tailandesa. Productos y preparaciones ligadas al mar y a la tierra que rodea Cadaqués, guiños exóticos y propuestas más intrépidas conforman una oferta para participar de una encantadora experiencia junto al resto de comensales.
