En mi último viaje a Madrid, visité una exposición en la galería de Elvira González para profundizar en una artista que había descubierto en ARCO: Olafur Eliasson. Su trabajo me interesó especialmente por lo que conceptualmente tiene que ver con el mío: el tratamiento de la luz y su estudio para medir hasta dónde la fuente y el movimiento cambian nuestra manera de percibir objetos o espacios, y nuestra interacción con ellos. Eliasson utiliza círculos, colores primarios y espejos en sus instalaciones experimentales para que nos demos cuenta de esa incertidumbre del espacio y la relatividad de la realidad. En sus propias palabras, la exposición “nos ofrece una visión de nosotros mismos desde fuera y verse a uno mismo de esta manera implica verse siempre como parte del mundo.»
Por eso saber que estamos inmersos en un espacio marca la diferencia y nos hace conscientes de la responsabilidad perceptiva, dotándonos además de la posibilidad de cambiarla. Exposición hasta el 14 de abril.