El poder e inspiración de las mujeres unidas es insondable. Como lo es el poder e inspiración de la naturaleza, madre de todas las madres. Desde hace algo más de un año formo parte de un grupo de mujeres que espontáneamente se creó en torno a la idea de la creación, el diseño y el arte. Nos llamamos «Ellas»y nos juntamos con el objetivo de compartir, de desconectar de lo cotidiano para reconectar con nuestra excepcionalidad, la de cada una, y la de todas nosotras juntas, como algo más grande que la suma de cada una. Este encuentro intergeneracional e interdisciplinar nos sirve para apoyarnos entre nosotras y darnos fuerza, para inspirarnos las unas a las otras, colaborar en proyectos y, sobre todo, compartir ideas y momentos que por pequeños que parezcan se transforman siempre en algo más grande y noble. Entre nosotras hay emprendedoras, artistas y diseñadoras, profesionales todas con un alto compromiso hacia nosotras mismas, la vida y el trabajo creativo.
Para celebrar que la vida nos ha unido hemos pasado unos días juntas en Formentera, el escenario perfecto para seguir fraguando aún con más ganas la bandera femenina de la cooperación, eso que ahora llaman sororidad. Allí nos nutrimos las unas de las otras, alimentando nuestra sensibilidad, iluminadas por la luna, el sol y el mar. Y como el cuerpo también necesita su sustento, aprovechamos para probar algunos de los restaurantes más interesantes de la isla:
- Beso Beach en el parque natural de Ses Salines nos llevó a experimentar la unión de cocinas vasca y mediterránea hecha con las mejores materias primas, corazón y autenticidad. Aquí no hay aditivos, ni nombres extravagantes, ni edulcorantes.
- Can Carlitos Formentera en el Port de la Savina es la propuesta de Francesco Manzoli y Nandu Jubany de saborear con el mismo espíritu de compartir alrededor de una mesa, con vistas al mar y la exigente calidad de ambos chefs.
- Kiosko 62 en Migjorn nos ofreció la oportunidad de comer y saborear la sencillez de una comida fácil y fresca, con los pies casi en el agua.