Aunque la mayor parte de mi trabajo se ha centrado en los proyectos residenciales, siempre he querido hacer un hotel. Mientras llega el momento me dejo inspirar por estos espacios en mis viajes y también en mi ciudad, Barcelona. En la última escapada a Londres visité algunos por recomendación y otros por pálpito.
En el corazón del Soho encuentro Dean Street Townhouse, una «casa adosada» que ocupa los números 69 y 70 de la calle homónima. Construida entre 1732 y 1735 por el carpintero John Meard al puro estilo georgiano, fue hogar de aristócratas residentes en los campos del Soho, zona que se convirtió gradualmente en un centro cosmopolita con gran atracción para escultores, arquitectos y artistas, incluido entre ellos William Hogarth.
Posteriormente en los años 20 fue lugar de encuentro de políticos e intelectuales, en los 50 un lugar de culto al alcohol frecuentado por artistas como Francis Bacon y Lucian Freud, y a finales de los 70 vivió un nuevo hurra con algunos de las estrellas de la música de nueva generación británica. En 2008, Soho House se hizo con los edificios y reabrió en forma de Dean Street Townhouse al año siguiente. Un lugar al más puro estilo inglés, que también ofrece una selección de su mobiliario y textiles a la venta para colección de sus huéspedes e invitados.
El hotel 5 estrellas 41 es el ejemplo perfecto de hotel boutique, que hace las veces de retiro íntimo, escondido y elegante, o lo que sus empleados llaman «su verdadera casa lejos de casa». Situado junto a las Caballerizas Reales de Buckingham Palace y a pocos minutos de Victoria Station, el trato y cuidado al detalle son exquisitos. No en vano ha recibido la mención al mejor servicio en 2017 por la página Trip Advisor.
Siguiendo la experiencia de hoteles de lujo en la capital inglesa, visité el Chiltern Firehouse, una antigua estación de bomberos en Marylebone. Sus interiores son atemporales, un «hotel íntegro y profundo» como reseña The Telegraph, que te da la sensación de encontrarte en tu propio espacio personal. El estilo gótico victoriano del edificio se ha transformado en un punto exhuberante con techos altos, lámparas colgantes, grandes espejos y una especial atención a la vegetación. Reconocido por su restaurante, la cocina abierta se centra en la calidad y temporalidad de sus ingredientes con leve acento americano. Nuno Mendes, condecorado con estrella Michelin, lleva a la mesa un combinado de cocina europea y estadounidense para crear un menú de clásicos reinventados y salpicados de nuevos sabores.
Esta relación de hoteles en Londres acaba con el Rosewood, situado cerca de Covent Garden. Este gran hotel destaca también haciendo gala de la decoración más lujosa, que encarna el espíritu de la elegancia atemporal, en un entorno acogedor y tranquilo. Ubicado en una mansión restaurada de estilo eduardiano a la que se accede a través de una calzada y un patio, sus habitaciones y suites combinan elementos originales de la Belle Époque con diseños modernos.