Una de mis piezas preferidas a la hora de resolver un proyecto es la librería de una vivienda. Llegado el momento me detengo a pensar bien cómo ha de ser y qué funciones al margen de albergar libros debe cumplir. Porque además de que una librería guarda los tesoros literarios y las historias de una vida, habla mucho de quien la usa y consulta. A continuación varios ejemplos con soluciones a medida para los distintos usos y costumbres de mis clientes. Puertas que se cierran y descubren una pantalla de cine, chimeneas que refugian la lectura, muebles alegoría de lo que ha de ser una biblioteca y que incorporan nuevas utilidades.