Visitar museos es una de las mejores maneras de completar las vacaciones, sobre todo si como esta semana el tiempo no acompaña en muchas zonas estivales. Empezamos en el Guggenheim Bilbao con el maestro del vídeo arte, el estadounidense Bill Viola. Una hermosa retrospectiva pone de manifiesto el interés del artista por temas como el autoconocimiento y la condición humana en relación con cuestiones como el nacimiento, la muerte, la noción del tiempo, la transformación, el renacimiento y la transcendencia. Una muestra espectacular con instalaciones colosales que hace un recorrido por sus obras tempranas y también las más actuales viendo la evolución de su poética y tecnología.
En Barcelona también se puede ver este verano Lightforms / Soundforms, la exposición más completa sobre el trabajo de Brian Eno como artista. Para esta ocasión, ha creado la pieza New Space Music, una instalación musical concebida específicamente para ser vista y escuchada en el claustro Max Cahner del Arts Santa Mònica. Además, su instalación icónica 77 Million Paintings, cuyas imágenes y sonidos evolucionan de forma indefinida y son capaces de producir tal número de combinaciones, y otras pinturas de luz en constante transformación, pintura en movimiento o música visual. Un auténtico deleite para los sentidos.
Y en Es Baluard, en un año en el que el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Palma se centra en corrientes y transformaciones del turismo, el colectivo ruso AES+F acerca a Mallorca una de sus más complejas obras: The Feast of Trimalchio. Entre el hiperrealismo y lo fantástico, lo seductor y lo crítico, una interpretación espectacular del banquete de Trimalción en una isla imaginaria remite a hitos de la pintura clásica donde placer y ocio se combinan con el hiperconsumismo.