Cuando llega esta época del año, vuelve a recorrerme el sentimiento de disfrutar del aire libre, de sentarme en una de las múltiples terrazas de Barcelona, subir la mirada y disfrutar del cielo de primavera. Entre mis preferidas están el silencioso Jardín del Alma. Este maravilloso patio de manzana recuperado por el Hotel Alma, con vegetación a los lados y guijarros en el suelo es un espacio de verde silencio abierto a Barcelona, una tregua al ruido y al asfalto, un jardín secreto. Los pájaros, el viento y el propio devenir de la naturaleza han portado las semillas de estas plantas que hoy envuelven un jardín en plena brotación y tiñen el espacio de distintas tonalidades de verde. Un jardín en movimiento, lugar ideal para tomar algo refrescante después del trabajo.
Otro Hotel, en este caso el Meliá Barcelona Sky, acoge en su planta 24 un lugar especial para mí: el restaurante Dos Cielos, que envuelto por las vistas del mar Mediterráneo, las montañas y la ciudad, ostenta una primera Estrella Michelin. De elegante sobriedad y un trato exquisito, es el lugar perfecto para disfrutar de una velada gastronómica y de su brisa en la terraza.
Para un domingo de playa, mi lugar es el Pez Vela. Un nuevo concepto de chiringuito situado en la extensión de la Barceloneta, con una terraza de espectaculares vistas al mar y a la Barceloneta. Es un lugar que te devuelve la sensación de estar en una bahía. Ideal para disfrutar de su cocina sencilla, con productos de calidad y muy frescos.