Esta semana empieza la primavera y aunque la climatología parece algo enloquecida ya se siente el cambio de estación en los brotes de los árboles y en mi caso, también a nivel interno. Primavera significa literalmente primer verdor y personalmente me tomo esta época del año como un nuevo comienzo, como un florecer de nuevo. Las flores están presentes en mi vida y mi trabajo durante todo el año y en este momento cobran especial protagonismo.
En Barcelona compro siempre las flores en Au nom de la rose. Es la floristería con la que más me identifico y en la única que encuentro rosas de jardín con olor a rosa de verdad, un aroma que me apasiona. También sus flores son las que más utilizo en la decoración de los proyectos, como por ejemplo para adornar el centro de la mesa Andrea, de diseño propio. En Au nom de la rose no usan nevera para las flores, las reciben frescas tres veces por semana y es la única floristería que garantiza una duración mínima de 5 días para las rosas. Preparan unos centros maravillosos, fuera de modas y tendencias, con un gusto exquisito y un montaje impecable.
Con el cambio de estación también ofrecen talleres florales en la tienda situada en el chaflán que forman las calles Valencia y Enric Granados. El lugar es una explosión de color y aroma y para este fin de semana han preparado allí dos talleres florales: uno de centros al estilo inglés (viernes 23 de marzo) y otro de ramos XL (sábado 24 de marzo). En primer lugar y tomando como inspiración a Constance Spry y su trabajo de mediados del S.XX, se realizará un centro de mesa mezclando materiales del campo (ramas, helechos, hojas silvestres…) con preciosas rosas de jardín y otras flores de acompañamiento. En el segundo caso la idea es superar el bouquet y aprender a hacer un ramo grande, mezclando flores de temporada y verdes. Una ocasión ideal para dar la bienvenida a la primavera.
Fotos: Rafael Arocha, Carol Jobe y Mireia Rodríguez (excepto retrato de Constance Spry)